19.6.07

Recuerdos ochentosos

Cuando preguntaban qué quería ser cuando fuera grande contestaba "heladera", para vender helado en las plazas y estar todo el día al aire libre, con chicos o gente con alma de niño. Para no perder plata en invierno supongo que debía instalar mi heladerita de telgopor en la puerta de alguna clínica odontológica o algún hospital de otorrinolaringología.

También pensaba que adentro del stereo del auto había una banda tocando en vivo y en directo para nosotros, pequeñas personitas con sus instrumentos haciendo música para los pasajeros.

Una vez me quedé después de clase para devolver el registro en la sala de maestros, cuando salí el micro escolar estaba arrancando, y no tuve mejor idea que colgarme, desesperada. El chofer no me vio y cerró la puerta, quedé medio cuerpo afuera, medio cuerpo adentro y un par de padres gritaron de abajo para que pararan. La celadora tenia ojos verdes y anteojos culo de botella, se le salieron los globos oculares para afuera, casi muerte infartada.... pero no me hice nada.

Un día de excursión en vez de comprarme un sandwich o algo más consistente me clavé como 100 Mielcitas sola, me acuerdo el dolor de panza fue violentísimo.

Terror era lo que le tenía a los globos, ir a los cumpleaños era un verdadero castigo, todos jugueteando a mis alrededores y yo aterrorizada ante los venideros estallidos. Al momento de reventar la piñata buscaba la cama matrimonial de quienquiera que fuera y me metía abajo tapándome los oídos, llegaba tarde para agarrar los premios y terminaba mendigando algún juguete o golosina repetida.

Las ranas y los sapos me encantaban, cuando podía llevaba a casa y los soltaba en el jardín de casa para que se reprodujeran. Era una total emoción ver ranitas saltando en el patio los días de lluvia, y una tristeza encontrar alguna seca.

Rosa limpiaba y nos cuidaba, el menú de todos los mediodías era papas fritas y huevo frito, a veces hasta con milanesa. Hígado de acero teníamos, y seguíamos pidiendo eso cada día. Es el día de hoy que las papas fritas me caen como el orto.

Rosa recibía a sus hijos en casa, los hijos eran dos vagos que no conocían la palabra trabajo, y siempre se llevaban algo de trofeo de guerra. Un día que fui a ver a Rosa porque estaba enferma reconocí nuestros objetos. Siempre tenía tos en invierno, Rosa pasaba frío y sostenía su casa. Las otras dos larvas se rascaban las partes con ganas.

Una vez fuimos a la feria de Villa Dominico y compramos una ratita gris, bebé, con cola larguita y rosa, bien fea. La llevamos contentísimos en una bolsita de cartón y le mostramos a mamá, había salido $1, era una ganga, una vida por $ 1, toda para nosotros ! Cuando mamá la vio casi vomita todo, nos mandó a soltarla, estuve un rato eligiendo el lugar, la solté en una montaña de basura para que no se muriera de hambre.

Mi bicicleta andaba tan rápido.... Daba la vuelta manzana en pocos instantes, pero a veces quedaba al borde del infarto. Había un perro oso atrás de una reja en la esquina que amaba asustarnos cuando pasábamos, se ponía en dos patas y ladraba con toda la furia, parecía que iba a tirarlo abajo y comernos. Era pasar y que se detuviera el corazón del cagazo.

12.6.07

Advertencia

Me enferrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrma que mis compañeros de trabajo se crean que mi monitor es una televisión, ni siquiera intentan disimular sino que se quedan acá parados y dicen: que estás haciendo ? Mi vena de la sien se hincha al instante, mis fosas nasales se agrandan y mi respiración se acelera, el torrente sanguíneo empieza a correr con más violencia y mis puños se cierran con furia. Porqué no se hacen coger por un burro ? Y por el orrrrrrrrrrto ! Si yo no jodo a nadie acá ? Hoy me cansé y ante esta situación molesta, cuando vino un compañero y con voz de policía de civil me dijo: estás chateando ! ( en este instante vino a ver que estoy haciendo, debí cerrar la ventana rápidamente, encima me dice amarga porque no quiero salir a comer con él) le corté el rostro con una gillette diciéndole que se fuera, que esto no es una tv.
Me nefrega (gracias Negra Vernaci) que sepa que tengo internet y que chateo, ya me manifestó su envidia incluso, no tengo la culpa de que sea un ser inferior en el laburo. Odio a todos los de la oficina, me molesta que se metan en mi vida:
- salís a almorzar ? salís sola ? que estás haciendo ? ya comiste ? que estás escuchando ? te quedaste dormida ? que amarga ! y esas fotos ? a ver !
que cara que tenés.
Yo les digo a todos Uds: No tengo ganas de hacerme amiga, espero que lo entiendan y me ignoren, quiero que me den menos bola que a la planta que está ingresando al hall. Espero que les quede claro, sino tendré que tomar medidas más severas que ignorarlos, como vengo haciendo hasta ahora.

6.6.07

Un sábado para el olvido


El sábado tuve un día de locos. Amanecí a las 14, tomé mi acostumbrado vaso de Nesquik con Leche Entera La Serenísima en Tetra Brick, me fumé mi Gitanes, miré las boludeces que me habían dejado en el Msn Microsoft de madrugada y me volví a la cama con culpa viendo el solazo que encandilaba tras la bonita cortina azul que compré en Easy. A las 16 amanecí de vuelta y apuré a la Pocha para salir urgentemente al sol, tuve que esperar a que se acicalara y partimos rumbo a Plaza Armenia, plaza que el tachero no conocía y que luego descubrimos que es inexistente, al menos bajo ese nombre. Recorrimos esa plaza a la que llegamos por descarte y como no nos gustó ningún lugar para nuestro almuerzo-merienda encaramos a Plaza Serrano. Mucha gente había tenido la misma brillante idea y la feria de ropa estaba hasta las pelotas de gente ansiosa por comprar prendas, nosotras solamente pensábamos en comida y cerveza. Todo el camino iba mensajeándome con Miranda hasta que en un momento dado se terminó la conversación, ya sentaba en el bar cuando me dí cuenta que el celular ya no estaba conmigo. La Pocha al toque llamó para ver si estaba cerca, pero alguien de buen corazón había apretado la tecla off del mismo. Gracias por esta alegría.

La desaparición física del aparatejo no reprimió nuestras ganas de divertirnos, así que esperamos una hora y monedas por una mediocre pizza con cerveza helada y nos divertimos mirando cómo la gente se indignaba por la tardanza en la atención de ese bar, era sábado a la tarde, no teníamos apuro.

Antes de volver a nuestros hogares se nos dio por alquilar dos películas, al llegar a casa Cabrera el mundo iba a seguir en mi contra, corte de luz hasta las 23, dormí siesta hasta las 22 y salí de casa intentando cambiar mi meado destino, algo me salió bien, ni bien entré justo arrancaba la banda que me interesaba ver de 4: Sancamaleón, pero no me gustó demasiado la lista de temas ni el sonido, y bueh, fue bueno igual.
El resto de la noche me lo guardo para mí
:D