La "joda" de los vecinos

El sábado llegué a casa a las 10 de la noche, iba a recibir a mis amiguitos del Sur para ver si hay quorum vacacional, pero esta vez para rumbear hacia el norte y pasar año nuevo en Tilcara en compañía de la Pochamama, los lugareños y los amigos del camino. Cuando llegué desde abajo divisé gente en el balcón, y escuché voces (aparte de las que escucho dentro de mi cabeza siempre, claro). Era evidente que había una reunión en la casa de los buena onda de al lado, la primera reunión en dos meses, seguramente era un cumpleaños o similar. Extrañamente no había música, recordé el primer día cuando me les presenté y les ofrecí música que antes de darme el portazo en la cara dijeron: "no escuchamos música". Ups.

Me senté en la compu y como siempre dejo el balcón cerrado en mi ausencia porque me quedo tranquila de que las gatas no andan cerca de la calle dentro de la casa hacía un poco de calor. Abrí la ventana que dá al balcón y Elektra y Frida se tiraron de cabeza, tienen fondo, techos, plantas, todo, pero ellas son así de chusmas y siempre quieren recorrer todas las instalaciones a modo de expedición.

Si los vecinos no están, ellas se pasan al balcón de ellos porque les encanta vivir nuevas experiencias, y también purgarse con sus plantas, parece que las mías ya las aburrieron.

A los balcones los separa una parecita de medio metro, entonces pasan super panchas, el único límite que tienen es el de los lugares inalcanzables para ellas. En un momento tuve un instinto maternal, me asomo al balcón y me encuentro al vecino agarrando de abajo para arriba a Elektra con una mano, y con su típica cara de orrrrrrto. Entonces me la da, y me dice:

- Servimos los panchos y se prendió (serio).

- Perdoná, es que ella es muy inadaptada, no tiene límites, pero no es mala. No te gustan los gatos no ?

- No, no me gustan (mientras que me la daba con asco), pero no te las voy a tirar porque sé que son tuyas (ahí un escalofrío me corrió por el cuerpo).

- Bueno, voy a tratar de que no se pasen más.

Frida se ubica bastante, entonces pensé en retener a Elektra, pero como mierda hacía ? Si se mueve a la velocidad de un relámpago. Entonces se me ocurrió una idea que en principio parecía brillante, atarla con la correa para poder dejar abierto. La até y se enloqueció, se enredó en todos lados, intentó ahorcarse, trataba de moverse más lejos. No había manera y me partía el corazón verla así, ella que es un animalito tan libre y salvaje.

Finalmente entré a Elektra y a Frida y cerré el balcón, pero hacía mucho calor, mucho de verdad. Y estuve como veinte minutos pensando cómo podía solucionarlo, me daba tanta bronca que por culpa de los muertos en vida de al lado mis felinas tuvieran que coartar su naturaleza que no podía pensar. Hasta que decidí dejarlas del lado del fondo, cerrando la ventana de la pieza y la puerta del patio. Bloquée mis oídos por si lloraban, pero no sucedió. Al rato no aguanté más y pensé en Frida, ella no se pasa tanto. Entonces fui al patio y estaba atrás de la puerta, sin entender porque la dejé ahí sola, ella es más caserita. Y entró compungida, salió directo al balcón, está acostumbrada a que haya gente. La dejé porque se sentó en el límite de ambos balcones, metiéndose en la ronda de amigos de los vecinos. Cuando veía que se desubicaba la iba a buscar y la entraba. Los amigos de los vecinos tenían buena onda, nada que ver con los inquilinos, y me decían:

- Pero dejaaaala a nosotros nos gusta y no nos molesta.

A lo que yo contestaba: - Chicos, por mi la dejo, pero al dueño de casa no le gustan los gatos.

Esto sucedió unas dos o tres veces. Yo la veia a Frida en la parecita y veía manos que la acariciaban, ella se hacía la linda y la canchera. Al rato vino Elektra otra vez y también se ponía en el límite, pero se colgaba mirando para abajo y asustaba a los amigos de los vecinos, entonces veía manos que la metían para un lugar seguro, lejos de una caída. Es que la guacha hace equilibrismo y te hace transpirar las partes.

En una de las tantas veces que interactuaron con los visitantes de al lado Elektra se tiró de vuelta para la casa de al lado, fui enseguida a sacarla, la verdad que tengo miedo que el vecino la degüelle. Y veo una chica, con Elektra en sus brazos, me la pasa y me dice:

- Pobrecita, te la doy porque ella camina por la cornisa, el perro le ladra y ella ni se calienta, tengo miedo que la lastime.

- Ah, a ella no le importa nada, está en estado salvaje. No te preocupes.

Esa fue la última vez que pasó, después se quedó jugando adentro con Frida para el espectáculo gratis de pelea free style que nos dieron a Sol, a Nikki y a mí. Y la "fiesta" de los vecinos se vio algo boicoteada porque como no habían puesto música sus amigos se quedaron en el balcón escuchando lo que ponía yo. Jejeje.

Me fui a dormir a las tres y pico, con ganas de que ellos bajen la música, como me hicieron a mí la única vez que hice una reunión en casa. Pero lo ideal hubiera sido llamar a la policía y decirles:

"Hola, buenas noches, llamo de tal calle para decirles que mis vecinos hicieron un recital de metal al lado, ya se llevaron todos los equipos, están haciendo ruidos molestos desde las 23 horas, el perro se pasó a mi balcón toda la noche y los amigos están haciendo pogo adentro de mi casa, podrán venir a poner orden?"