Fotoaventuras felinas

Esa mañana Elektra se levantó apenas inquieta, con el mismo efecto de todos los días, un efecto parecido al consumo de 30 packs de Speed o cuatro pastillas de éxtasis. Desde temprano, antes de que se asome el sol empezó a flashear todas las maldades que haría. Su blanquecino cuerpo le pedía a gritos ponerse en actividad lo antes posible. Entonces bajó de la cama.

La noche anterior Frida, su morocha concubina, le había dado duro al fernet y a los kani kama.

La diosa de morro negro descansaba plácidamente, soñaba que iba por la selva junto a un grupo de dinosaurios que avanzaban entre la maleza escapando de las tropas del hijo de puta de Bush.

De repente una víbora con piel de leopardo quiso abalanzarse sobre Frida, a lo que Azulino respondió tirándosele encima hasta hacerla pedazos.

- Oh, eres mi héroe Azu ! exclamó ella extasiada y con cara de Drácula, las babas colgando.

Pero Fridiquis no pudo terminar el sueño, ya que se sobresaltó con los ruidos que hizo la rata blanca al levantarse . Por eso no dudó en aplicarle un correctivo violento cuando pasaba por su lado.

Las dos cuadrúpedas subieron a la cama y la lucha continuó, los gatos ya estaban, faltaba el barro solamente.

En un momento Frida dijo basta y con los ovarios inflamados fue hasta el comedor y prendió la televisión.

(omitan esa mano humana que aparece ahí)

En el mejor momento del capítulo apareció otra vez esa gatita molesta del orrrrrrrrrrto y Frida no aguantó más. Se vio vuelta como Meryl Streep en la película "La Muerte le sienta Bien" y le tiró la mirada de rayos X con toda la furia. A lo que la pequeña se sintió intimidada y rajó por los techos.

(ya se olvidaron de esa mano no ?)

Esto fue lo último que vimos de ella.

(mentira, está en casa, pero tenía que terminar de alguna manera la historia)

F i n