La historia de Matilde y Sol

Cuando Matilde llegó a casa no era perfecta, pero siempre la quisimos mucho así como es, es una planta raza helecho un poco delirante. A Frida la he retado muchas veces por querer purgarse con ella. Inicialmente fue a lo de la Pocha a reponerse porque encima que tenía pocas hojas se agarró unos bichos. La inadaptada de Pocha le tiraba veneno minutos antes de la hora de la cena y nos tumbaba a todos con el olor a podrido, pero por suerte lo sobrellevamos muy bien. Cuando Matilde se recuperó y empezó a mostrar su máximo esplendor la Pocha se había encariñado mucho y no pude llevármela, en breve me llevaré gajos para mi casa. El 7 de septiembre de este año la Pocha recibió una plantita de Gladiolo, llamada Sol, la persona que se la regaló le dijo que no la ponga al lado de otras porque no se bancaba la competencia, y así fue. Sol se secó por ese motivo y también porque necesitaba más luz.

Así que anteanoche salí con macetita en mano y paré un taxi, no sé que imagen habré dado, no la puse en una bolsa para que no se machuque. Paró el taxi y el hombre me dice:
- Buenas noches, qué llevás ahí ? Una plantita ? (extrañado como si hubiera horarios para llevar plantas, quizá flasheó alguna planta rara, ilegal)
- Sí, es Sol, una plantita que está en recuperación (????).
- Ah.
- Lo que pasa es que me la dio una amiga para que se reponga, en casa tengo más luz. Y como ella me revivió un helecho que se llama Matilde ahora estoy viendo qué puedo hacer por Sol.
- Te noto triste, puede ser ? (le habré hablado muy compungida concentrada en el relato)
- No, nada que ver. Soy así, tranquila.

Cuando le pagué y me bajé sus últimas palabras fueron:

- Que se mejore la plantita.





(EN BREVE FOTOS DEL ANTES Y DESPUES DE MATILDE)