La invasión de los fideos mutantes
Esta crónica data de hace vaaaaaarios años en la costa argentina.
Contexto histórico; Sucedió algún diciembre en la costa atlántica, para ser mas exactos en la feliz, (no se si te acordarás que fuí a jugar un Seven, que es un campeonato de hockey ).
Para abaratar costos decidimos alojarnos las 14 jugadoras de los dos equipos en una linda casita (de la Pocha) ubicada en el barrio de Constitución...
El horario del almuerzo y cena era un verdadero caos, ya que por tener gustos muy variados no nos poníamos de acuerdo con el menú que iba a ser ingerido, al mediodía solíamos comer "afuera" (en el Mc Donalds) el verdadero problema era la cena, lo peor es que nadie cedía en sus caprichos y las discusiones eran casi eternas.
Una tarde, después de la playa, comenzó la discusión del día, el tema era, para variar "la comida", el debate duró fácil y sin exagerar sesenta minutos de reloj de arena, yo había propuesto hacer puré chef con hamburguesas pero una de las propuestas más ridículas era hacer puré de papas casero, que poco criterio, para catorce personas iba a ser un descontrol íbamos a necesitar como cinco kilos de papa, el trabajo que iba a ser pelarlas, hervirlas, colarlas, pisarlas, etc, etc en la casa había dos ollas mugrientas corroidas por el paso del tiempo...
Finalmente después de diferencias de caracteres varios decidimos comer fideos y sobrevino una segunda discusión acerca de si los fideos debían ser cortos o largos, si con manteca o salsa, con huevo o sin huevo, ya no aguanté mas la tonta discuión y me planté y dije:
- LA PUTA QUE LAS PARIO A TODAS, voy a ir a comprar, la que me quiere acompañar bien y la que no, va a comer lo que YO quiera carajooo !!!!
Luego salí y tuve que caminar como tres cuadras buscando un almacén, en esa zona es todo campo y no hay un supermercado como para proveerse de alimentos, cuando encontré un mercadito pulgoso, pero adecuado para comprar los fideos.
Compré los primeros que ví, de marca desconocida, nunca un Matarazzo ni Grimoldi, allá no llegó la tecnología, estábamos fuera de la civilización, eran una especie de mostacholes gigantes, agarré cinco paquetes de 1/2 kilo de la góndola (como habían sugerido las demás según ciertos cálculos) para no tener inconvenientes con el resto aunque para mí era demasiado.
Como nadie quería lavar los platos todas nos matábamos por cocinar y/o poner la mesa, por suerte imponiéndome logré el puesto de chef, junto con dos agraciadas más...
Pusimos todas las ollas y pavas de la casa al fuego, en las únicas cuatro hornallas que había y cuando el agua hirvió echamos aproximadamente un paquete por olla, cuando pasaron varios minutos colamos como pudimos todos los fideos y empezamos a servir, quedaron un tanto aguachentados pero mas o menos se podían comer, no te digo para repetir, pero estaban bastante potables.
En principio comíamos con avidez, hasta que nos empezamos a hastiar y a atorarnos, ya jugábamos con los fideitos y les exprimíamos el aguita antes de llevarlos hacia nuestros hocicos, cuando ya no nos entraba un fideo más pudimos comprobar que habían sobrado dos ollas de fideos, pero ese no era mi problema, ya que yo no levantaba la mesa ni lavaba los platos, le tocó juntar todos los platos a la Piojo (una fenómena) una de las chicas que no sabe hacer ni un huevo frito.
Mientras tanto todas las demás estabamos aplastando en las camas, después de semejante atracón no era para menos... Más tarde, en un acto de ignorancia, la Piojo introdujo todos los fideos sobrantes (detalle: los fideos aún estaban tibios..)en un gran bolsa de consorcio negra y la sacó a la calle.
Todas las noches, despues de comer, salíamos todas a la vereda, cuando estábamos por salir las que ya estaban afuera empezaron a gritar:
- Valentiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin !!! Valentiiiiiiiiiiiiiin !!!! (en referencia al personaje que hacía Mariano Martínez en Campeones)
Yo no entendía nada y cuando me asomé por la ventana observé que en ese momento pasaba el camión recolector de basura y lo estaban gastando entre todas al empleaducho (como nosotras..) el pibe se moría de la verguenza escondiendo su rostro debajo de su gorra, hasta que llegó el momento más gracioso: cuando agarró la bolsa...
No puedo explicar cuan gracioso fue ver eso, cuando el pancho agarró la bolsa, la quiso revolear en el camión (al mejor estilo recolector de basura pistero) la bolsa se reventó y explotaron los fideos para todos lados, cayendo en forma de baldazo hacia los costados, o para detallarlo mejor cayeron en foma de lanzo, de vómito, la Piojo se puso "como loca" y le gritó:
- Levantalos, la concha de tu madre, estuve dos horas juntando fideos, la puta que te parió !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
El pibe por supuesto corrió sin mirar atrás, trepó al camión y salió arando, no moríamos de la risa viendo todos los fideos ahí abandonados en el asfalto, al instante se acercaron tooooooooooodos los animalitos y alimañas del barrio a devorar ese preciado tesoro, pero al otro día seguían los fideos restantes ahí, imaginen lo que era que al otro día fuimos al casino y a la vuelta al tachero le dije:
- Nos bajamos ahí, donde están los fideos.
Contexto histórico; Sucedió algún diciembre en la costa atlántica, para ser mas exactos en la feliz, (no se si te acordarás que fuí a jugar un Seven, que es un campeonato de hockey ).
Para abaratar costos decidimos alojarnos las 14 jugadoras de los dos equipos en una linda casita (de la Pocha) ubicada en el barrio de Constitución...
El horario del almuerzo y cena era un verdadero caos, ya que por tener gustos muy variados no nos poníamos de acuerdo con el menú que iba a ser ingerido, al mediodía solíamos comer "afuera" (en el Mc Donalds) el verdadero problema era la cena, lo peor es que nadie cedía en sus caprichos y las discusiones eran casi eternas.
Una tarde, después de la playa, comenzó la discusión del día, el tema era, para variar "la comida", el debate duró fácil y sin exagerar sesenta minutos de reloj de arena, yo había propuesto hacer puré chef con hamburguesas pero una de las propuestas más ridículas era hacer puré de papas casero, que poco criterio, para catorce personas iba a ser un descontrol íbamos a necesitar como cinco kilos de papa, el trabajo que iba a ser pelarlas, hervirlas, colarlas, pisarlas, etc, etc en la casa había dos ollas mugrientas corroidas por el paso del tiempo...
Finalmente después de diferencias de caracteres varios decidimos comer fideos y sobrevino una segunda discusión acerca de si los fideos debían ser cortos o largos, si con manteca o salsa, con huevo o sin huevo, ya no aguanté mas la tonta discuión y me planté y dije:
- LA PUTA QUE LAS PARIO A TODAS, voy a ir a comprar, la que me quiere acompañar bien y la que no, va a comer lo que YO quiera carajooo !!!!
Luego salí y tuve que caminar como tres cuadras buscando un almacén, en esa zona es todo campo y no hay un supermercado como para proveerse de alimentos, cuando encontré un mercadito pulgoso, pero adecuado para comprar los fideos.
Compré los primeros que ví, de marca desconocida, nunca un Matarazzo ni Grimoldi, allá no llegó la tecnología, estábamos fuera de la civilización, eran una especie de mostacholes gigantes, agarré cinco paquetes de 1/2 kilo de la góndola (como habían sugerido las demás según ciertos cálculos) para no tener inconvenientes con el resto aunque para mí era demasiado.
Como nadie quería lavar los platos todas nos matábamos por cocinar y/o poner la mesa, por suerte imponiéndome logré el puesto de chef, junto con dos agraciadas más...
Pusimos todas las ollas y pavas de la casa al fuego, en las únicas cuatro hornallas que había y cuando el agua hirvió echamos aproximadamente un paquete por olla, cuando pasaron varios minutos colamos como pudimos todos los fideos y empezamos a servir, quedaron un tanto aguachentados pero mas o menos se podían comer, no te digo para repetir, pero estaban bastante potables.
En principio comíamos con avidez, hasta que nos empezamos a hastiar y a atorarnos, ya jugábamos con los fideitos y les exprimíamos el aguita antes de llevarlos hacia nuestros hocicos, cuando ya no nos entraba un fideo más pudimos comprobar que habían sobrado dos ollas de fideos, pero ese no era mi problema, ya que yo no levantaba la mesa ni lavaba los platos, le tocó juntar todos los platos a la Piojo (una fenómena) una de las chicas que no sabe hacer ni un huevo frito.
Mientras tanto todas las demás estabamos aplastando en las camas, después de semejante atracón no era para menos... Más tarde, en un acto de ignorancia, la Piojo introdujo todos los fideos sobrantes (detalle: los fideos aún estaban tibios..)en un gran bolsa de consorcio negra y la sacó a la calle.
Todas las noches, despues de comer, salíamos todas a la vereda, cuando estábamos por salir las que ya estaban afuera empezaron a gritar:
- Valentiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin !!! Valentiiiiiiiiiiiiiin !!!! (en referencia al personaje que hacía Mariano Martínez en Campeones)
Yo no entendía nada y cuando me asomé por la ventana observé que en ese momento pasaba el camión recolector de basura y lo estaban gastando entre todas al empleaducho (como nosotras..) el pibe se moría de la verguenza escondiendo su rostro debajo de su gorra, hasta que llegó el momento más gracioso: cuando agarró la bolsa...
No puedo explicar cuan gracioso fue ver eso, cuando el pancho agarró la bolsa, la quiso revolear en el camión (al mejor estilo recolector de basura pistero) la bolsa se reventó y explotaron los fideos para todos lados, cayendo en forma de baldazo hacia los costados, o para detallarlo mejor cayeron en foma de lanzo, de vómito, la Piojo se puso "como loca" y le gritó:
- Levantalos, la concha de tu madre, estuve dos horas juntando fideos, la puta que te parió !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
El pibe por supuesto corrió sin mirar atrás, trepó al camión y salió arando, no moríamos de la risa viendo todos los fideos ahí abandonados en el asfalto, al instante se acercaron tooooooooooodos los animalitos y alimañas del barrio a devorar ese preciado tesoro, pero al otro día seguían los fideos restantes ahí, imaginen lo que era que al otro día fuimos al casino y a la vuelta al tachero le dije:
- Nos bajamos ahí, donde están los fideos.
8 comentarios:
Me morí de risa, Pit! Me encantó la última frase al tachero, genial.
Hace mil que estás en el banco en casa central? Yo hace poquito pasé ahí desde la sucursal de Juan B. Justo.
estuve en florida y corrientes, ahora estoy en peron y reconquista !
saludos para l@s dos
gloriosoooooo
impecable! todavía me estoy riendo...
nos bajamos ahí... juaaaaaaa!!
Que buen final!
Aplausos
http://emedebe.blogspot.com
jajaja pit parrillera!
Wow! Esa calle hoy dia deberia llamarse "Spaguetti Street!!" ja ja ja ja
no puedo para de reirme!!! genial
ayer salí caminar tarde y ví al camión de la basura... no podía parar de reírme!!!
maldita pit...
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