Desaparecida en acción

Se fue anteanoche a las 10 p.m a tomar aire pero al día siguiente no apareció. Me volví a casa en mi hora de almuerzo a ver si estaba y nada, me encerré otra vez en el laburo hasta las 17 y preparé carteles de "buscada" que pegué en toda la manzana. La cruzada vecinal empezó, todos preocupados por esta belleza. Pero nadie la vio, ni señales.
La esperé hasta la 1 a.m, mirando por los techos, dando vueltas manzanas. Solté a Elektra para que haga una expedición por toda la cuadra. La boluda de al lado vino corriendo:

- ESTÁ TU GATA EN LA TERRAZA! (se me paró el corazón)

- Pero no es la blanca ?

Justo aparece Elektra adelante nuestro en el comedor y le digo:

- Era esa ?

- SIIIII.

- Pero yo perdí a la otra, a la morocha.

- Aaaaaaaah... ¿Tenés dos? Que rápido que bajó! Si recién estaba en la terraza...

- Ja ! Es que es muy velocirraptora. (Se las mostré mil veces y se las presenté, por favor !)

Un rato después, timbre. Bajé totalmente ilusionada, era Graciela, la maniática de felinos que se preocupa más por mis gatas que por mí, a quien tenía en brazos ? A Elektra. Decidimos entre las dos que lo mejor era encerrarla, a ver si perdía a las dos.

Prendí una vela y me fui a dormir. A la mañana no había novedades. Me quedé remoloneando quince minutos en la cama y escuché rascar la ventana. La morocha estaba de vuelta.
Después de 36 horas de terror volvió la pendeja. No la pude retar. Corrió a sus piedritas, picó piedritas de alimento y se echó en el comedor. Está hermosa, con un poquito de mugre.

¡Nunca más Frida ! ¡Repetí conmigo !