Cosillas del barrio

UNO - Ayer a la noche tocaron el timbre de casa, todavía me sobresalto cuando suena, porque poca gente tiene mi dirección. Era Graciela, esta mujer de 52 años que me devolvió a Elektra sana y salva, con todo el dolor del mundo porque se había encariñado y pensaba quedársela. Bajé a abrirle y la hice pasar para que conociera a Frida y saludara a la pequeña inadaptada. Venía para traerme la comida para bebés que le había comprado, que amorosa. Le comenté mis intenciones de regalarle un vino tinto, mi preferido, pero me dijo que no toma alcohol porque tiene hemorroides (¿era necesaria la aclaración?). Creo que voy a terminar regalándole un kilo de helado.

DOS - Sobre Avenida Independencia hay dos ferias americanas, una enfrente de la otra. Esta semana me tocó visitar la que está de la vereda del supermercado Plaza Vea. De afuera parece tener más onda porque tiene parlantes en la vereda donde suena música pedorra mientras está abierta. Y en la vidriera lucen objetos de toda índole, casi todos sucios, desordenados y en dudoso estado. Al entrar te encontrás con dos pasillos que te invitan a retroceder y no meterte en esa mugre, igual como soy muy valiente y no le temo a las alimañas me metí de guapa que soy. En el fondo colgaban tres camperas de cuero, una con un par de posturas, pero de ese cuero que se mantiene rígido y tiene un brillo raro, las otras dos estaban super vaqueteadas, eran como camperas ochentosas rockeras, con el forro vomitando el relleno de abrigo. A primer vistazo me imaginé una defunción por accidente de moto y al dueño de la feria sacándole la prenda para ponerla en la percha. Había también frascos de perfumes usados vacíos, una raviolera oxidada, discos de pasta seguramente rayados a full, ropa de todos los estilos, pelucas apelmasadas y despeinadas, fotos en blanco y negro, libros apestando naftalina y cantidades de las cosas más inútiles que puedan imaginar cualquier mente humana.
Pero lo que más me llamó la atención fueron estas magníficas e imponentes obras de arte (aplausos) :

(creando suspenso)

( + suspenso)

En fin.... Boedo es arrrrrrrrrte !