29.1.13

Con los chicos NO





Si somos una familia muy normal...

La remada en Epuyen


Despues de casi una semana de dias nublados y de permancer echadas como morzas en el Camping de Ruben, ahi en Lago Puelo decidimos arrancar con Marian y Chola hacia nuevos horizontes. Hicimos una parada en Bolson, en el super La Anonima para proveernos de alimentos no perecederos y luego tomamos el bondi de las seis de la tarde. El bondi salia en dos minutos y la fila de la caja era una pesadilla, tuve que pucherear un poco para que me dejen colarme en la fila y lo logré.
Llegamos a Epuyen una hora y pico después, bajamos del micro, nos esforzamos por no salir volando, no habia un alma a la vista, solo una parejita que nos miraba y se reia, como criticandonos... No se si por como nos deformaba la cara el viento, por la fuerza que haciamos para caminar para el lado que queriamos o por la cantidad de boludeces que portabamos en varias bolsas y bolsitos.
Solo habia viento moviendolo todo.
Al toque vimos que habia humanos en el lugar, saliendo rapidisimo de la oficina de turismo directo al micro... de que estaban huyendo ? Entramos a la oficina y una chica nos explico en detalle donde podìamos parar. El dia estaba mas que gris y ventoso, habia que mover rapido de ahi.
Las opciones eran el camping de la francesa y otros dos mas. Al de la francesa ya lo conocia y al otro dia ibamos a ir a andar alla en canoa, asi que propuse otro, que creo que ni nombre tenia.
Nos atamos las cosas y salimos con poco peso, mucho abrigo y todos esos bartulos colgando caminando hacia el camping. Que era a unas cuantas cuadras de ahi.
Caminamos un rato, otra vez en el medio de un tornado de viento, y pasamos por el camping de la francesa. Ahi ya no habia mas carteles de camping ni nada. Hablamos un poco de que hacer pero seguimos camino segun las indicaciones de la guía y no pasaba nada, ni señales de otro parador, solo perros y mas perros tirandonos ladridos de metal desde adentro de las casas.
Mas adelante encontramos una pasarela larguisima que pasaba por arriba de un gran cauce de rio, con poco rio, bien alta y nueva, como si nadie la hubiera usado nunca. Dudamos en cruzarla porque sabiamos que ya nos estabamos yendo un poco a la mierda. Pero seguimos adelante, Pame sufriendo el vertigo, ni siquiera caiamos al agua, a las piedras directo. jajaja ! El puente era mas que seguro, con maderas y cables nuevos. Como siete cuadras mas adelante vimos una especie de garita a lo lejos y enfilamos hacia ahi.
Llegamos al camping mas fantasma del mundo. Una viejita languida y blanca, de ojos claros nos recibio en su proveeduria almacen que estaba en la entrada, nos llamo la atencion que en ese lugar los precios no tenia ningun tipo de efecto inflacion, ni en el alojamiento ni en la comida. Cuando le pedimos dos cervezas y un vino para nosotras no queria vendernos. Tanto van a tomar ? Yo no les vendo eh!
Finalmente la convencimos. Y nos fuimos a armar la carpa. Solo habia dos carpas mas, de donde nunca vimos entrar ni salir a nadie, ni hacer un fuego. Nada de nada.
Buscamos leña, nos tiramos un rato al lado del rio y la noche se nos vino encima. Teniamos solamente una olla y un tenedor para las tres. La Chola hizo unos fideos, les tiramos la salsa y nos sentamos en circulo rodeando la cacerola y mientras una comia las otras dos la miraban relamiendose. Habia queso rallado y eso hizo que los comamos todos.
El viento nunca paraba, la fila de pinos se quejaba y se chocaba, nosotras nos hablabamos gritando todo el tiempo. Los troncos de los arboles hacian unos ruidos como quejandose ... Tomamos todo, fumamos tambien y la Chola propuso ir hacia el rio a mirar las estrellas, la oscuridad alejandose del fuego era inmensamente intimidadora, ninguna dijo nada y avanzamos a la tranquera que comunicaba al rio, siempre abierta. Estabamos por atravesarla, iluminandonos con un celular y el miedo me freno las patas. Chola y Marian ya estaban cruzando el limite del camping. Ahi la Chola cayo en la cruel realidad y dijo: chicas, si nos metemos aca la oscuridad nos come. La tranquera hizo un ruido horrible, como una voz escabrosa diciendonos que si, que la atravesaramos. Al segundo yo estaba dada vuelta y corriendo hacia la carpa. Las chicas se materializaron atras mio, corriendo tambien, como tres cagonas pelotudas.
Las dos horas siguientes nos quedamos calladitas al lado del fuego, tratando de no mirar mas alla del fulgor porque el viento nos estaba quemando la cabeza, y ya estabamos viendo cosas raras.
Nos fuimos las tres juntas a dormir, ninguna se hubiera animado a irse sola o quedarse sola ahi. Entramos las tres a la vez. Ninguna durmio, infinitos y desconocidos ruidos de pasitos nos psicopateaban. Tampoco nos hablamos pensando que las otras dormian. Me levante de madrugada a mear y con los ojos salidos para afuera como una lechuza, tratando de ver si algo se me acercaba en la oscuridad, hice lo mas rapido que pude y entre de cabeza a la carpa y cerre el cierre enseguida. Una sensacion tan estupida de proteccion como taparse con frazada cuando hay ruidos en una casa.
La botella de vino que habiamos dejado tirada al lado del fogon hacia un ruido como si la arrastraran. Al otro dia estaba en el mismo lugar y la movi de mil maneras para explicar ese movimiento. No encontre sonido parecido.
El viento no daba paz. Traia pensamientos turbios e intranquilidad para conciliar el sueño. Nunca habia escuchado tanta furia de la naturaleza. Escuche algo golpeando suavemente las paredes de la carpa toda la noche. Sobresaltada dormite varias horas.
Milagrosamente el dia llegó y nos levantamos temprano las tres desfiguradas y con la cara hinchada de dormir como el orto. Nos falto una bolsa entera de pan que habiamos dejado sobre la mesa. Las otras carpas no estaban, parecia que nunca hubieran estado.
Desayunamos y arrancamos al camping de la francesa, queria que fueramos a andar en canoa al lago epuyen.
Hable con el que las alquilaba y me acompaño hasta el muellecito para deliberar si saliamos o no, dependiamos de si el agua estaba para andar o no, por el viento. El dia tan nublado como el anterior. Nos dio el OK y salimos nomas, Mariana se quedo en la costa, no queria andar en canoa. Salimos con la Chola tratando de dominar la canoa. No avanzabamos mucho, pero al menos parecia estable. Remamos y remamos, nos ibamos arriba de los juncos, el viento y el lago nos mandaban al medio de los yuyos, abajo se veian miles de cosas, Pamela pidiendo que no mirara para abajo. Ya me veia cuerpos congelados, monstruos, nahuelitos y fenomenos desconocidos.
La canoa se bamboleaba cada vez mas, ya no teniamos direccion y cada vez mas juncos nos complicaban maniobrar. Mariana se reia como nerviosa desde la costa, seguramente agradeciendo que no estaba ahi arriba.
Nosotras tratando de que las olitas no nos den vuelta. Ya ni remando sosteniamos la posicion, nos estabamos yendo para el Riachuelo ya. Hasta que Pame tuvo la buena idea de agarrarse de los juncos y nos quedamos como quince minutos ahi prendidas y mojandonos, gritandole a Marian si queria subir a dar una vuelta. Por dentro sabiamos que si el viento no paraba nos quedabamos ahi toda la noche, pero no le dije nada a Pame para que no se asuste. Al instante vemos dos minas que aparecen de la nada remando, cruzando el lago re tranquilas. Y le digo a la Chola: che, que onda, estas dos vienen en remis, mira que tranquilas van. Hasta avanzan!
Cuando nos pasan por al lado nos dicen: chicas que estan haciendo ? como las vas a dejar salir con un dia asi ?
El viento paro y con la solidaria ayuda de las muchachas logramos volver rapido a la costa, devolvimos la canoa y los salvavidas. El que nos alquilo se cago de la risa de nosotras.
Volvimos al camping, cayo la noche y no entendiamos porque seguiamos ahi, a la noche la misma secuencia del fuego. Compramos otra vez un vino y dos birras. Nos atendio la hermana de la señora fantasma, era la misma persona pero veinte años antes. Ya flasheabamos que estabamos en pelicula La Aldea.
Estiramos la noche lo que mas pudimos al lado del fuego. El viento seguia presente y el audio de la tranquera psicopateandonos, y los arboles, a la noche habia aparecido un perro negro labrador que se quedo al lado de nuestra carpa, la segunda noche iba a ser con los mismos ruidos. De madrugada el perro ladro un par de veces y se nos fruncieron los esfinteres, aun asi dormimos un poco mejor que la primer noche.
La proxima vez que vaya al sur voy a volver a Epuyen, espero que el camping nos aloje nuevamente, si es que existe.
No se si pude transmitir el cagazo que tuvimos, paren ahi una sola noche e intercambiamos experiencias....
jajajaja !!!!